sábado, 26 de noviembre de 2011

Mis primeros 50 años y mis tres encuentros con Dios

Por: Ing. Josè Benìtez Yànez
En esta columna hago un paréntesis para entrar en una reflexión personal, es obligado hacerlo porque el próximo Lunes 28 de Noviembre completo cincuenta años de edad, y es necesario reconocer que mas allá de toda esta travesía nunca pensé en poder llegar a esta edad, cuando las olimpiadas de México 68 y el  alunizaje del célebre Apolo 11 se me hacia una fecha lejana el nuevo milenio, tendría siete u ocho años en esas fechas, en mi conciencia solo estaba subirme a los pinos de la casa de mi abuelo paterno para jugar al astronauta y al Apolo 11 y alunizar imaginando la superficie lunar en los montones de arena que mi abuelo tenía en su patio.

Hermosillo hace 42 años no presentaba los estragos de la urbanización, me tocó esa colita de esos tiempos finales donde no era extraño ver carretas jaladas por caballos, la gente despreciaba la leche de botella Oro Puro,  porque era más sabrosa la leche bronca hervida; y párele de contar, todos comíamos tortillas de harina hechas a mano recién salidas del comal, los productos instantáneos solo eran para los astronautas, 42 años después estamos ¨astronautizados¨ con comida que nos están produciendo toda clase de enfermedades imposibles de curar y bien difíciles de controlar.

Me tocó una época de grandes cambios pero de manera paulatina asimilados por cada generación, desde los verduleros con su carreta jalada por burros o caballos hasta el Blackberry para adolescentes tirando hueva colgados del facebook o messenger, en 42 años dejamos de ser la ciudad que dormía en el patio con las ventanas abiertas, aunque usted no me crea las casas de esos años finales de los 60´s y principios de los 70´s tenían un amplísimo patio, amplísimas salas y comedores, no como las casas de pichonavit de esta época cyberespacial, donde la intimidad de las protestas intestinales en el WC se escuchaba en todo el vecindario.

Mis primeros 25 años de vida, es decir la mitad de mi vida transcurrió entre los íres y venires a las diferentes escuelas y a los primeros trabajos, las aventuras más emocionantes fueron pasarle al Daver en matemáticas II, III y IV, a Juan Fernández en Resistencia de los Materiales y al Solís Santoscoy en circuitos digitales, diseño de circuitos y Teoría del control I, por lo demás la carrera en el ITH fue entretenida, la que sí estuvo dura fue la prepa del ITH, había maestros muy buenos y duros; y la secundaria en la federal 2 Cajeme fue un día de campo de tres años, ahí funde el periódico escolar que solo duró mientras estuve, desde endenantes me da por escribir.

La primaria fue más que ordinaria, estuve en la Ignacio Ramirez, La Vicente Mora, la Alberto Gutierrez y La Club de Leones No 2, casi todos los profes que tuve en primaria nos pegaban con tablas, gisazos, jalones de orejas de patillas o clavaban los dedos en las clavículas causando un dolor intenso, soy producto de la pedagogía aquella de que ¨la letra entra con sangre¨, nada más falso e inútil porque se me olvido todo.

Mis siguientes 25 años son emocionantes, me case con la que sigue siendo mi esposa, estamos por cumplir 25 años de matrimonio, tenemos dos hijuelas adolescentes muy bonitas, y hemos vivido en varias ciudades, en estos años fue que encontré un buen amigo aparte de los que tengo y aun conservo: Dios.

Mis encuentros con Dios han sido traumáticos, en momentos y circunstancias difíciles  de vida y muerte, a Dios confieso que no lo he visto ni escuchado, no soy tan Pentecostal en este asunto; pero tengo pruebas fidedignas que sí existe y sí responde a nuestros ruegos, no es un Dios que este muy lejano y desinteresado; Dios no es una fuerza o energía impersonal, es una persona como cualquiera de nosotros, pero que ejerce su poder con mucha ternura a favor de los que le pedimos, a veces parece que ni siquiera responde, simplemente no se hace notar, ahí está; además de esas tres ocasiones traumáticas donde lo he podido visualizar en su acción, hoy puedo decir que el está cerca, ¡muy cerca!.

Mi primer encuentro con Dios ocurrió el 17 de Febrero de 1987,  mi esposa entro convulsionando y  en estado de coma al hospital de ginecología y  obstetricia a causa de una eclampsia, ahí perdimos a nuestro primer hijo, la ciencia médica había diagnosticado que no había nada que hacer, era cosa de horas para el peor desenlace, la muerte de mi esposa y de nuestro hijo; Dale Piper fundador de Camino Nuevo, me dio palabras de ánimo y me dijo que oráramos, esa noche por fin operaron y salieron tanto mi esposa como mi hijo de la operación, pero ella en estado de coma y el niño en estado lamentable, el embarazo apenas estaba en el sexto mes y el niño apenas pesó 1 kg, el niño murió al tercer día, y mi esposa salió del coma al tercer día pero con un síndrome de coagulación diseminada de sangre y con una hemorragia interna a causa de una arteria rota en el área del abdomen, esto es historia y mi esposa hoy día está viva y goza de muy buena salud, como resultado de la oración respondida por Dios. 

Mi segundo encuentro con Dios ocurrió en 2002 en San Luis Río Colorado, me sobrevinieron dos pancreatitis en 1999 que fueron mal diagnosticadas como colitis tanto por el médico del IMSS como por médicos particulares de la localidad, a  causa de eso quede diabético e hipertenso con crecimiento de corazón, las energías y la vida se me escapaban y sin aliento busqué ayuda médica lejos de los médicos conocidos y un medico de las orillas de la ciudad de San Luis Río Colorado me mando hacer análisis por reacciones fabriles, análisis de todo tipo de sangre de caca y de orina y en 2002 me detecto altos niveles de azúcar en la sangre, triglicéridos y colesterol muy altos y además tifoidea, estaba a la orilla de la tumba, con razón me sentía morir; ahí fue cuando le pedí a Dios que si estaba por morir me ayudase a volver a Hermosillo, y aquí estoy desde hace seis años recomponiendo mi existencia y cumpliendo estos 50 añotes, sigo batallando con la alta presión y para mantener los niveles de azúcar y aceites en la sangre, pero con un ánimo de búfalo por seguir adelante, me volví a independizar y desde hace casi cinco años trabajo por  mi propia cuenta y riesgo.

El tercer encuentro con Dios tiene que ver con mi  hija mayor, a la que la influenza H1N1 envió al hospital a principios de noviembre de 2009, en el puente día de muertos, tuvo un  paro cardiaco en casa y después de eso se nos fue un mes completo en los hospitales, estuvo en aislamiento por el virus H1N1, el médico le dijo a ella que si no le ponían un marcapasos se moriría, la trasladaron de emergencia al hospital regional del IMSS en Obregón para ponerle el marcapasos, el 25 de Noviembre mi hija fue dada de alta sin marcapasos, es natural su afección cardiaca, se le denomina Bradicardia Sinusal, la cual es común entre deportistas de alto rendimiento, consiste en una frecuencia baja del ritmo cardiaco, ella da lecturas de 40 latidos por minuto, lo normal debe ser 60 latidos por minuto, pero el cardiólogo que la dio de alta sufre del mismo síndrome desde que era pequeño, todos estos eventos estuvieron matizados por la oración y petición a Dios de una respuesta que nos dejase tranquilos, este tercer encuentro me obligo a reflexionar en muchas cosas, que a todo lo que nos sucede a los que amamos a Dios, las cosas buenas que nos ocurren no son coincidencias sino Dios-idencias.

Hasta  la próxima.
José  Benítez, es Ing. Ind. Electr.  por  el  ITH desde 1985. Columnista y escritor amateur desde 2004.  Email:josebenitezyanez@yahoo.com.mx

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